jueves, 16 de agosto de 2018

Harish


Hasta ayer él era el paki del súper de la plaza, tal cual.

Sin embargo, ayer se convirtió en persona o, mejor dicho, le vi como una persona cercana, con sentimientos, sensible, con sus preocupaciones; pero sobre todo, le vi como una persona cercana, alguien que ya forma parte de mi comunidad, cuyos problemas me preocupan y su tristeza me afecta. 

Ayer el paki del súper de la plaza se convirtió en Harish.

Ayer pasé a comprar alguna cosa que me hacía falta para la cena. Como siempre nos saludamos, hicimos alguna broma y finalmente, fui a la caja para pagar. Al llegar allí, Harish – ya siempre será Harish – estaba muy serio con la mirada perdida. Al cobrarme, me miró y pude ver que tenía los ojos enrojecidos. Le pregunté que qué le pasaba y, entonces, fue cuando no pudo contener las lágrimas. Al principio no me contestó, sólo sacó un pañuelo y se enjugó las lágrimas. Yo insistí porque me preocupé: quizás le pasaba alguna cosa.

No, estoy bien – me dijo – es que Marta, la chica que vive en este portal se va a vivir a otro sitio con sus padres y esto me pone muy triste. Son muy buenas personas; a mí me han ayudado mucho, han sido muy buenos conmigo cuando llegué al barrio y ahora no los volveré a ver.
Harish seguía llorando por la pena de no volver a ver a sus amigos.

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