miércoles, 8 de julio de 2020

Hermano no de sangre

Es difícil, casi imposible, saber que llevó a las personas de una sociedad a crear determinadas palabras, No me refiero a las palabras comunes y existentes en casi todas las lenguas sino aquellas que hacen el diferencial entre unos y otros idiomas. 
Desde la Teoría del Lenguaje se estudia cómo se forman los términos desde diferentes dimensiones tales como la semántica, la pragmática, la sintaxis... y siempre apoyado en otras disciplinas como la Antropología, la Filosofía incluso la Filosofía.
Pero todo no ayuda o, al menos, no ayuda totalmente a  explicar la motivación que produce una u otra palabra, cuál es la angustia vital de la experiencia que sobrepasa al individuo o al grupo social en el que habita para dar a la luz una u otra palabra que expresen lo que siente, de manera que esa experiencia sea. Es el sentirse sobrepasado el que le hace definir aquello, provocando que aparezca un horizonte de 'ser' que calme su angustia.
En castellano utilizamos la palabra 'prójimo' para referirnos a los otros, los que no soy yo o mi familia, que es una parte de mi, por tanto, una forma de ser yo. En catalán decimos 'proïsme', en inglés 'neighbor', 'nachbar' en alemán o 'prochain' en francés. En cambio, en hebreo hay una palabra, 

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